Vengo del bosque fresco saturada de cantos,
traigo las manos llenas de mentas y cedrón;
y en el claro arroyuelo,que corre dando saltos,
he mojado mis plantas bajo el sauce llorón.
Como cinta rosada serpentea el sendero,
que conduce a los cerros argentados de sol;
y allá sobre la cumbre, se extiende azul el cielo,
con toques de amatista, de glaucos y arrebol.
Y vengo con el alma, fina, pura, descalza,
impregnada de mieles, toda oliente a cedrón;
y en el claro arroyuelo que corre entre las zarzas,
he mojado mis plantas bajo el sauce llorón.
Milka L. Curbelo
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