( para La Voz Del Pueblo con mi admiración y simpatía)
La tarde se adentra. En tinte opalino
las sierras minuanas parece encantar;
borracha de versos voy por los caminos,
con esta locura de estrellas y trinos,
la noche en un valle cercano aguardar.
Morenita buena que estás en el cerro,
(¡cuántas cosas tristes te voy a cantar!)...
llegada la noche,cruzaré el riachuelo,
y un ramo de aromos y de terciopelo,
en mis horas cruentas te habré de llevar.
Del monte de talas recogí pitangas,
!qué dulces y suaves y frescas que están!...
Mi cesta encantada lleva la fragancia
de los arrayanes que tiene la estancia,
junto con el oro del mburucuyá.
Sierras misteriosas cual de hechicería,
yo adoro el encanto de tu anochecer;
dormida me encuentren las albas un día,
ebria del embrujo de tus lejanías
lejos de la tierra que me vió nacer.
Milka L. Curbelo
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